Un grupo de científicas y científicos de Chile y otras nacionalidades finalizó este fin de semana la novena expedición paleontológica a Cerro Guido, localidad ubicada a 105 km al norte de Puerto Natales, Región de Magallanes y de la Antártica Chilena. El grupo exploró los ambientes de transición entre áreas marinas y continentales, para profundizar el entendimiento de la conexión que tuvieron Sudamérica y la Antártica, mediante un trabajo multidisciplinar entre profesionales de la geología, estratigrafía, paleobotánica, tafonomía y paleontología de vertebrados.
El equipo de investigadores se distribuyó en dos grupos: uno, hacia el norte del valle de Las Chinas, se focalizó en la transición biológica a fines del Cretácico, intervalo de activa desaparición de especies conocida como la gran extinción masiva del Cretácico/Paleógeno (K/Pg), así como en las frecuentes transgresiones y regresiones marinas que caracterizaron el lapso. El segundo grupo se enfocó en los hallazgos de distintos grupos de vertebrados, que compartían junto a los dinosaurios y reptiles marinos los complejos ambientes de delta fluvial de fines de la Era de los Dinosaurios.
Esta expedición fue financiada por el proyecto Anillo en Investigación en Ciencia y Tecnología (PIA, Conicyt) titulado “Nuevas fuentes de datos sobre el registro fósil y la evolución de los vertebrados” (ACT172099), dirigido por el Dr. Alexander Vargas de la Universidad de Chile, y por el proyecto “Patrones paleogeográficos v/s el cambio climático en Sudamérica y la península Antártica durante el Cretácico tardío: ¿Una posible explicación para el origen de la biota austral?”, dirigido por el Dr. Marcelo Leppe (Fondecyt nº 1151389). La logística fue entregada por el Instituto Antártico Chileno y también se contó con el apoyo del Ejército de Chile, a través del Regimiento Reforzado Nº 5 “Lanceros”.
Entre quienes participaron de esta expedición, se encuentran el Dr. Rodrigo Scalise Horodyski, especialista en tafonomía de la Universidad de Vale do Rio dos Sinos (UNISINOS); Sergio Soto, paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Chile; Jonatan Kaluza, técnico en paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, el Dr. Marcelo Leppe, director del INACH; la Dra. Cristine Trevisan, paleobotánica del mismo instituto; Sarah Davis, estudiante de doctorado en Ciencias Geológicas de la Universidad de Texas en Austin, además de profesionales de la Universidad de Concepción y otros estudiantes.
Hallazgos en medio de la tormenta. Sobre el trabajo en terreno, Soto comenta que lo primero fue buscar rocas que correspondieran a las edades de los fósiles que uno pretende encontrar. En el caso de los dinosaurios, estos son estratos rocosos que poseen más de 66 millones de años, que marca el límite entre los períodos Cretácico y Paleógeno, conocido popularmente como el fin de la Era de los Dinosaurios. “Luego se realiza una prospección, se acampa cerca de los afloramientos o roca que está desnuda sin vegetación y se empieza a observar los estratos o niveles donde sea posible encontrar el fósil en cuestión”, explica el especialista.
“Nosotros habíamos localizado algunos lugares el año pasado y ahora nos enfocamos en estudiarlos. Encontramos varias formas de dinosaurios; herbívoros de cuello largo, ornitisquios y carnívoros del grupo de los terópodos. Tenemos también aves, reptiles, anfibios y mamíferos. Se trata de toda una diversidad proveniente de distintos lugares y niveles de todo el valle de Las Chinas”, agrega.
Este año la sorpresa fueron los 30 cm de nieve que cayeron en pleno verano y durante tres días. El resultado: un enorme barrial que hizo las cosas más difíciles que en campañas anteriores, pero que no impidió el éxito de la exploración.
Cerro Guido: visión y futuro. Fue el mismo Dr. Leppe quien a finales del 2010 realizó el primer acercamiento preliminar a la zona, para unos meses más tarde, iniciar la primera campaña oficial al sitio. Ya en el 2013 pudo ser encontrado un hadrosaurio y en el año 2015, un titanosaurio. Desde entonces, la locación se erige como un punto de intriga para las investigadoras e investigadores provenientes de la geología, paleobotánica y otras disciplinas. En ese sentido, Leppe cree que aún queda mucho por conocer y desentrañar de esta localidad, clave para comprender el rol que cumple la conexión Sudamérica-Antártica en el origen de las biotas australes al final de la Era de los Dinosaurios. “Este año es el cierre de un proyecto Fondecyt que he liderado durante tres años, así como también es el primer año de trabajo oficial del proyecto Anillo de paleovertebrados, liderado por Alexander Vargas, de la Universidad de Chile. Como tal, esto viene a culminar un proceso global en el que han participado nueve proyectos con financiamiento o apoyo proveniente de la DFG y MBF (Alemania), la National Science Foundation, la Universidad de Texas y otras instituciones de Japón, Argentina y Brasil”, añade. “Esta campaña que pasó ha sido una de las mejor trabajadas”, valora por su parte el Dr. Alexander Vargas. “Pudimos enviar más gente y tener más recursos. Hay que tener en cuenta que la zona se encuentra en una ubicación muy remota y bajo condiciones climáticas muy exigentes, lo que hace la extracción de fósiles una maniobra técnica bien demandante, casi ingenieril. Un dinosaurio que sea del tamaño de un perro, por ejemplo, ya debe ser tratado con precaución”, explica. Con esto, concluye Vargas, se abren nuevas oportunidades para el impulso de investigación paleontológica en Chile, tras el trabajo con infraestructura y personal especializado, tanto de nuestro país como del extranjero, en la extracción de fósiles.
Aporte del Ejército a la ciencia en altas latitudes. Desde el Destacamento Nº 5 “Lanceros” del Ejército de Chile, se mostraron satisfechos con esta oportunidad de colaboración en tareas científicas. Según especifica el Subteniente Daniel Díaz, las labores incluyeron operativos de desplazamiento de muestras fósiles, así como el contar con la presencia de personal uniformado que brindó apoyo en tareas logísticas. Por su parte, Arturo Contador, Segundo Comandante del Destacamento, puntualizó que previamente se revisó el área con una patrulla de reconocimiento, a fin de posibilitar un trabajo en condiciones óptimas y seguras para todos. Finalmente, valoró la colaboración entre ambas instituciones. “No habíamos tenido la oportunidad de apoyar al INACH en este tipo de actividades, por lo que es completamente positivo poder contribuir con nuestro personal y vehículos en esta expedición”, aseguró el oficial.
Cerro Guido es una montaña de 1.270 m de altura y se ubica en el extremo oriental de la sierra Contreras, al norte de Puerto Natales.
Texto y Foto Unidad de Informaciones del INACH